Ciudad Asediada

Supongo que debe ser muy difícil encontrar una review de este juego que no caiga en la tentación de compararlo con Robocop. Bueno, probablemente lo difícil es encontrar reviews sobre este juego, ya que por alguna razón no es de los más recordados en el catálogo de Sega, pero si se habla de él, es imposible no nombrar a Robocop, por lo que yo tampoco voy a ser la excepción.

Mitad hombre, mitad máquina, todo policía…Robocop era una peli que a un chaval de aquella época le tenía que gustar, y conmigo lo conseguía entonces (era de mis preferidas del videoclub) y lo sigue logrando ahora (al menos la primera peli, la segunda tiene momentos buenos y malos, la 3 va cuesta abajo sin frenos y los demás subproductos ya no los he visto). De hecho, estoy temblando con el remake que están preparando, aunque seguro que luego me lo tragaré en el cine… pero esto se sale del tema del blog, así que volvemos a los videojuegos.

Robocop y sus secuelas arrasaban a principios de la década de los 90, y eso incluía varias recreativas (sobre todo la primera de Data East me parecía tremenda), y unas versiones de Ocean para Amiga, Atari ST y microordenadores 8 bit muy divertidas que nos permitían sentirnos Robocop en alguno de los momentos más carismáticos de la película, como cuando dispara entre las piernas a un violador a través de la falda de su secuestrada o el enfrentamiento con el mítico robot defectuoso con el que la OCP pretendía sustituir a los polis humanos (el ED-209)

Por su parte, aunque en Mega Drive acabamos viendo a Robocop por partida doble (Robocop 3 y Robocop vs Terminator), tuvimos que esperar hasta el 93-94 para que el policía cibernético realizase su primera visita a una plataforma de Sega, mientras que los poseedores de cualquier consola de Nintendo podían jugar con él desde hacía varios años gracias a la licencia de Ocean.

Así que para cubrir este vacío en su catálogo, Sega se sacó de la manga un cuerpo policial ficticio de armas y tácticas especiales mejoradas, lanzando su propia recreativa de polis cibernéticos y posteriormente, un juego para la Mega que se llamaba igual pero que en realidad no era el mismo… Y aunque no lo protagonizase el ciborg más famoso de Detroit, este cartucho también consiguió hacerme pasar muy buenos ratos...

Tampoco se parecen tanto, no?

 

E-SWAT: City Under Siege (ESWAT Cyber Police JAP)

Megas (4), Sega (1990) Fases (8)

Para no perder la costumbre de los juegos analizados en este blog, E-SWAT era otra recreativa de Sega (System 16) de finales de los 80, en la que aprovechando el tirón comercial de Robocop, debíamos superar una serie de misiones en un arcade de acción de scroll lateral (también denominados “run’n gun”) que seguía las pautas marcadas por el Contra de Konami y sobre todo, por el exitoso Shinobi (juego con el que también se le suele comparar), cambiando ninjas por policías de metal.

Su característica principal era que el poli iba ascendiendo de graduación y, tras superar 3 misiones (2 en megadrive), ingresaba en el cuerpo de los E-Swat (Enhanced Special Weapons and Tactics – Armas y Tácticas Potenciadas Especiales según el manual), pasando a jugar el resto de fases equipados con un traje de combate al estilo robot.

Cuando a E-Swat le tocó dar el salto a la Mega en 1990, en lugar de realizarse una conversión del original para la 16 bit, Sega optó por traer un juego totalmente nuevo protagonizado por el mismo policía y combinando acción con algo más de plataformeo (tampoco demasiado), repitiendo la estrategia que tan bien le estaba funcionando con el Revenge of Shinobi.

Aunque por supuesto el E-Swat de Megadrive no llegó al nivel de maestría alcanzado por Joe Musashi, e incluso hay división de opiniones entre los partidarios de la recreativa y los del cartucho de megadrive, el resultado fue un juego de acción muy bueno y divertido (para mi gusto, mucho mejor que el arcade) al que vale la pena jugar unas partidillas.

Cibersegurata: No estás en la lista...

Argumento

La organización criminal E.Y.E. (no sé lo que significa el acrónimo, pero me recuerda a la T.I.A. y la A.B.U.E.L.A. de Mortadelo y Filemón) se propone liarla parda, y como buenos policías que somos, debemos eliminar la amenaza en ciernes…

Ya en serio, el argumento es lo de menos: tenemos unos malos malosos que nos disparan y nosotros nos enfrentamos a ellos armados únicamente con nuestra pistola reglamentaria.

A por ellos...

Pero tras un par de misiones en las que nos ganaremos varios ascensos, cambiaremos nuestra pistola y uniforme por el armamento pesado, equipándonos con un “Ice Combat Suite” (a la práctica podemos pensar que es una armadura de combate según el manual o unos implantes cibernéticos si hacemos caso a la presentación y a la carátula). Desde ese momento, nuestro aspecto será el de un poli acorazado, aumentará nuestra barra de vida y podremos utilizar 5 armas distintas e incluso volar por unos instantes.

Cyber-tunning

Como curiosidad, en la traducción española del manual y la carátula, se habla de la organización OJO (y se queda tan a gusto haciendo juegos de palabras del tipo “Está mirando cara a cara al OJO maligno” , “dar el portazo definivo al OJO” o “cerrar el Ojo para siempre”), el “Traje de Combate Gélido” , y que un ESWAT es un superpolicía “más máquina que hombre” (una posible alusión al “mitad hombre, mitad máquina…” de Robocop)

Opciones, Control y Armas

Las principales opciones del juego permiten elegir entre 3 niveles de dificultad, así como cambiar el número de vidas (hasta un máximo 5) y de continuaciones.

El juego en fácil es bastante asequible, pero nos costará algunas partidas de ensayo y error hasta descubrir los puntos débiles de los jefes de fin de nivel o la mejor forma de superar determinadas fases. No tiene el nivel de desafío de un Mega Turrican o de un Contra Hard Corps (ni de lejos) pero tampoco es un paseo, por lo que si no eres un crack en este estilo de juegos, se puede jugar perfectamente en nivel “easy” sin aburrirse.

Respecto a los controles, cuando somos polis “normales” con el botón B disparamos y con el C saltamos. Además, si pulsamos arriba+C realizamos un salto de mayor altura (pero sólo en vertical, sin avanzar) para saltar alguna valla o para colarnos en las celdas de la cárcel.

El botón A sirve para cambiar de arma, pero como en las dos primeras misiones sólo tenemos una pistola, no podemos utilizarlo.

Cuando conseguimos nuestro aspecto “robocopesco” a partir de la tercera misión, con el botón A podremos elegir arma en tiempo real (muy importante no olvidarlo), con el B seguimos disparando y con el C saltamos, pero si lo pulsamos otra vez tras un salto, activaremos nuestros retropropulsores y permaneceremos suspendidos en el aire. Además, si activamos esta especie de “jetpack” (dos veces C) y sin soltar C movemos la cruceta, podremos volar en cualquier dirección durante breves segundos (lo que tarda en vaciarse la barra de combustible del propulsor)

Vooolaare...

Porque estos vuelos consumen rápidamente una barra especial de combustible de varios colores (que van del amarillo al rojo), y cuando esté en la zona amarilla sólo podremos flotar en el aire sin movernos. Por suerte, el combustible no depende de ningún ítem y, cuando no volamos, la barra se va recargando lentamente hasta volver a llenarse.

Respecto a los ítems, a parte de los típicos para recuperar energía y alguna vida extra, también los hay que nos proporcionan armamento a partir de la 3ª fase.

Para cambiar de arma, primero debemos recoger los ítems que aparecen tras acabar con algunos enemigos (aunque a veces simplemente están escondidos en el mapa). Una vez consigamos los ítems correspondientes, además del disparo normal, tendremos el “súper” (ametralladora Gatling de disparo automático -al pulsar B- de 3 proyectiles en línea recta), el “P.C.” o Carga de Plasma (que dispara proyectiles azules normales si pulsamos repetidamente B o si estamos unos segundos sin disparar, aparece una bola de energía luminosa en el cañón y al pulsar B haremos un megadisparo de plasma), el Rocket launcher (Lanza Misiles a ras de suelo capaces de subir y bajar escalones) y el arma más potente del juego, “Fire”, un lanzallamas que aprovecha el combustible del retropropulsor (es necesario que esté al máximo) y hace que nuestro e-swat gire sobre mismo durante algunos segundos mientras su cañón escupe una gran llamarada de fuego.

¿Quién va a convertirse en un eunuco?

Estas armas especiales tienen munición ilimitada (salvo el lanzallamas), pero es importante saber que al morir, a parte de una vida, también perderemos el arma que tuviésemos equipada en ese momento y no siempre será fácil recuperarla, ya que los ítems que sueltan los enemigos normales no son tan frecuentes como en otros juegos.

Eso es el lanzallamas, malpensados!

Además, esto puede suponer una auténtica pesadilla si nos ocurre contra un jefe final, ya que normalmente tendremos que volver a enfrentarnos a él sin armas especiales, y el disparo normal es casi inofensivo para ellos. Para evitarlo, es vital anticiparnos y cambiar al disparo normal cuando nos quede poca energía (2-3 impactos si apuramos mucho), ya que así al morir conservaremos todas las armas que tengamos.

Por otra parte, el lanzallamas desaparece tras usarse una vez y es necesario volver a conseguir el ítem (en las fases 3, 6 y 7 pueden conseguirse, en el resto no estoy seguro). Además, como necesita prácticamente toda la barra de combustible que utilizamos para volar, después de usar el lanzallamas no podremos volar hasta que se recargue, por lo que debemos ser prudentes y elegir el mejor momento para usarlo, sobre todo porque algunos jefes requerirán de nuestra habilidad de vuelo para atacarle o esquivar sus ataques.

Jugando

Al empezar a jugar a E-Swat, controlamos a un policía rubio normal y corriente (algo jorobado) que se enfrenta a varios enemigos genéricos, primero por los tejados de una ciudad, y después en el interior de una prisión.

Nuestro único ataque en ese momento es un disparo de la pistola en línea recta (bala a bala, nada de automatismos) hacia el lado al que estemos mirando, ya sea de pie, agachados, saltando o hacia arriba (pero nunca hacia abajo ni en diagonal). No tenemos ningún puñetazo o patada cercana, pero a cambio las balas son infinitas

Para nuestra vida, contamos con una pequeña barra de energía que se reduce con cada impacto (4 en fácil), y eso incluye tanto balas como cualquier roce con los enemigos (algunos de ellos buscan precisamente chocar contra ti). Si nos quedamos sin energía, perdemos una vida y depende de dónde estemos, reaparecemos en el principio del nivel, en la mitad o directamente en la lucha con el final boss. Además, si nos quedamos sin vida, tenemos algunas continuaciones, aunque estas siempre nos llevan al principio de la fase.

Los enemigos normales en las primeras fases son bastante sencillos y de un tamaño tirando a pequeño (soldados con ametralladora, pistoleros que disparan en vertical desde plataformas, algunas máquinas que disparan proyectiles parabólicos…) salvo los presidarios gigantes armados con su bola y cadena, y los dos enemigos finales, un helicóptero con patas mecánicas y dos robots que al perder la coraza metálica, siguen atacando a pesar de quedarse en el esqueleto como un Terminator (este es uno de los poquísimos enemigos aprovechados del arcade)

Como al teto...hay que ir a por el que se agacha!

Aunque la segunda fase deja de ser lineal, cuando jugamos como un simple policía el juego es bastante justito y hasta un poco aburrido, pero todo mejora exponencialmente a partir del nivel 3, ya que al convertirnos en primos lejanos de Robocop tenemos más energía, aumentamos nuestro arsenal (nos dan el cañón de plasma casi al comenzar el nivel), podemos volar, la variedad de soldados y máquinas enemigas empieza a incrementarse, y el diseño de algunas fases cambia ligeramente la dinámica del juego (sobresaliente y original el laboratorio de la 4ª fase, plataformeo puro en la 5ª o el clásico nivel descendiendo en un ascensor en la 8ª)

4ª fase: Simplemente genial...

Como no puede ser de otra forma, al final de cada fase nos espera un jefe final con sus propias rutinas de ataque y puntos débiles, y normalmente habrá un tipo de arma que permita explotar más fácilmente sus debilidades.

Ojo al dato señores...

Gráficos

Gráficamente el juego es normal-bueno, aunque hay que tener en cuenta que es de 1990 y no llega al nivel de los mejores del género para megadrive, que salieron varios años después.

En especial, cuando somos ciberpolicía, tenemos muy buen aspecto tanto volando  como realizando algunos ataques, aunque el arma en el brazo en ocasiones nos puede recordar a otros clásicos como Megaman o Metroid.

Porque los Eswat también tienen mascotas

Respecto al diseño, tanto el protagonista como los personajes normales no son ni grandes ni diminutos, sino que su aspecto y tamaño es simplemente correcto, y entre soldados, máquinas y mocos viscosos tenemos suficiente variedad de enemigos. Por su parte, los jefes finales no decepcionan y tienen la espectacularidad y el tamaño que requiere este tipo de juegos, siendo grandes y de diseños bastante originales.

Asimismo, los escenarios están muy bien, son completamente distintos para cada uno de los 8 niveles (azoteas de edificios, prisiones, el exterior de la central nuclear, el laboratorio, la base, la cloaca inmunda y dos niveles en el cuartel general enemigo) y aunque algunos estén un poco faltos de detalles de fondo o sean un pelín repetitivos, en general tienen un aspecto bueno para el estándar de Sega (por su estilo podrían haber formado parte de cualquier Shinobi de MegaDrive y no cuesta imaginarnos a nuestro Joe Musashi haciendo el ninja por las cloacas o en el edificio)

 

Aunque me repita, resulta excepcional el diseño del 4º nivel, sin duda de mis favoritos en este estilo de juego para cualquier consola.

Sonido

Si no somos muy exigentes, la música no está mal pero tampoco es de las que te llevas grabadas en mp3. Sonido tres cuartos de lo mismo, disparos y explosiones normales y el FX del robot al saltar y caer al suelo bastante bueno. Voces tenemos una en la introducción y ya está.

Jugabilidad y duración

Es su punto fuerte, ya que las 8 fases forman un conjunto divertido y para acabarlo nos puede llevar cerca de la hora de juego.

Su único problema es que las 2 primeras fases pueden echar para atrás a más de uno y perderse un juego cuya adicción va “in crescendo”. Así, la 2ª fase puede resultar confusa e incluso podemos tener problemas para encontrar la salida si no sabemos qué hacer (hay que subir a la vagoneta, llegar a la planta más alta y entrar a las celdas empezando de derecha a izquierda).

Lo de la izquierda es la vagoneta...

Pero aunque los dos niveles iniciales sean completamente prescindibles y sólo sirven para acentuar lo poderoso que es un Eswat en comparación con un cutrepoli, no son demasiado largos y vale la pena salvar el escollo para disfrutar de los 6 niveles restantes.

En esos 6 niveles como ciberpoli hay mucha más acción, tenemos armas geniales (sobre todo el cañón de plasma y el lanzallamas), enemigos variados y jefes tremendos (en especial los de las fases 5 y 6, que son los únicos que nos hacen entender porque la organización criminal se llama Eye), y además, podemos disfrutar del nivel del laboratorio, de los vuelos de la 5ª fase, de una cloaca putrefacta en la sexta, de la encerrona en el ascensor o del combate final.

Eswat comunista

El nivel de reto que ofrece es aceptable y está compensado, de forma que los enemigos cada vez son más duros y aparecen en lugares más estratégicos, pero las armas que vamos consiguiendo también son más potentes y alcanzan zonas de difícil acceso.

Por su parte, los enfrentamientos contra los jefes requieren algo de estrategia y su dificultad puede variar mucho si no hemos llegado con las armas adecuadas, lo que puede añadir interés para rejugarlo.

¿Amigos?

De todas formas, no tiene caminos alternativos ni secretos que inciten a volver a jugar, por lo que una vez superado por completo un par de veces (por cierto, los créditos finales están bastante bien, lástima que las imágenes se muestran en un recuadro minúsculo), lo normal será dejarlo descansar bastante tiempo hasta que pueda volver a sorprendernos.

Impresión Final

E-Swat es un juego relativamente fácil de encontrar, pero no es demasiado conocido ni tiene muy buena fama, y probablemente su flojo inicio no contribuye a mejorar su reputación.

No obstante, en conjunto es un buen juego de acción cuyo desarrollo recuerda levemente al Revenge of Shinobi y al que vale la pena darle una oportunidad especialmente si te atrae este género.

No tiene la dificultad ni el punto de locura de otros grandes dinosaurios que han ido saliendo por aquí, pero tiene su ritmo y es muy accesible para cualquiera que todavía le dé caña a los juegos de mega. Al menos yo me lo he vuelto a pasar en grande acabándomelo  de nuevo y lo recomiendo mucho.

Misión completa...ahora que curren los bomberos

Retrato de familia (si, si, todos quieren salir en la
foto, pero a esos tres de atrás no lo hemos visto
en todo el juego...)

Curiosidad

En la versión de recreativa de Eswat, cada misión empezaba con un coche patrulla que hacía su entrada desde la derecha de la pantalla, en una secuencia que me recordaba (vagamente, eso sí) a cuando pulsabas el botón “A” para realizar el ataque especial en cierto beat’m up de Sega.

Coche patrulla en el arcade
(extraído de youtube)

El tema me parecía demasiado rebuscado para insinuar una relación entre ambos juegos, y más cuando en el Eswat de Mega Drive ya no sale ningún coche de policía…hasta que llegué a los créditos finales y me encontré con una sorpresa que en su momento me pasó desapercibida…

Ending E-Swat

Tu coche me suena... (Streets of Rage)

¿Comparten comisaría los Eswat con Adam, Axel y Blaze? Es más, ¿puede ser el policía rubio de Eswat en realidad Axel de uniforme? Bueno, esto último ya es paranoia mía, ya que según wikipedia el ciberpoli se llama Duke Oda, pero la relación entre Eswat y Streets of Rage no eran imaginaciones mías y existe en los créditos del juego: los “Game Designer” Seishi Atsumiya y “Nandemo” participaron en Eswat antes de embarcarse en SoR